Renovación del léxico: se busca un vocabulario exquisito, refinado. ¿Cómo? A través de palabras sonoras, cromáticas, perfumadas relativas a objetos de arte, pedrería y todo lo que impacta la vista con la sensación de la luz.
Abundancia de recursos embellecedores: imágenes
visuales, auditivas, aliteración, hipérbaton, comparaciones, metáforas,
preguntas retóricas.
Utilización de símbolos de elegancia plástica: el
cisne, la flor de lis, el pavo real, las flores exóticas (que connotan lujo,
refinamiento, exquisitez, exotismo, frivolidad)
Uso de referencias
al mundo de la cultura clásica y el ambiente versallesco del siglo XVIII
en Francia (caracterizado por lo frívolo, artificioso, superfluo y manifestado
a través de fiestas lujosas, damas estilizadas, jardines con diseño artístico y
decorados delicados con glorietas, columnas, fuentes, estatuas, etc.)
Innovación en métrica y
rima:
ritmo acompasado del poema que sugiere gracia y coquetería.
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